Sofocos en la menopausia
La menopausia, el periodo en la vida de una mujer en el que
menstruación se interrumpe, señalando el fin de sus años reproductivos, puede
ir acompañada de diversos cambios físicos y emocionales.
Entre los síntomas más frecuentes de la menopausia están los
sofocos. Estas súbitas sensaciones de calor, que suelen afectar a la cara y el
pecho, pueden causar sudoración excesiva y, a veces, palpitaciones.
Los sofocos pueden producirse tanto de día como de noche,
cuando se conocen como sudores nocturnos.
Causas de los sofocos
No se conoce exactamente la causa de los sofocos, pero en
general se cree que están relacionados con las fluctuaciones y cambios
hormonales que se producen durante la menopausia.
Los niveles de estrógenos descienden significativamente
antes de la menopausia, y se cree que este descenso es lo que desencadena los
sofocos. Las mujeres que los sufren suelen tener niveles más bajos de
estrógenos en su organismo que las demás.
Algunos factores que pueden contribuir a los sofocos son: el
estrés, el tabaquismo, la obesidad, el consumo de alcohol y la ingesta de
alimentos picantes.
Control de los sofocos
Para algunas mujeres, los sofocos son un pequeño
inconveniente que pasa rápidamente. Sin embargo, en otras pueden ser lo
bastante frecuentes y graves como para interferir en las actividades diarias.
En tal caso, es importante hablar con un médico sobre las
posibles opciones de tratamiento.
Cabe señalar algunos cambios importantes en el estilo de
vida que muchas mujeres han encontrado que marcan la diferencia a la hora de
controlar los sofocos. En primer lugar, puede ser útil evitar los
desencadenantes, como la cafeína, el alcohol, los alimentos picantes y la
nicotina.
El ejercicio regular también puede ayudar a reducir la
intensidad y la frecuencia de los sofocos.
Darse una ducha fría antes de acostarse puede ayudar a
algunas mujeres a evitar los sudores nocturnos, y vestirse por capas puede
permitir quitarse la ropa rápidamente para refrescarse cuando sobreviene un
sofoco.
Tratamientos médicos para los sofocos
Existen algunos tratamientos médicos que pueden utilizarse
para ayudar a controlar los sofocos.
La terapia de reemplazo hormonal es uno de los tratamientos
más habituales. Consiste en tomar estrógenos y a veces progestágeno para
sustituir a las hormonas que ya no producen los ovarios. Sin embargo, la
terapia hormonal sustitutiva no está exenta de riesgos y debe abordarse con
precaución.
Antes de comenzar un tratamiento con hormonas sustitutivas,
deben tenerse en cuenta los problemas de salud subyacentes, como enfermedades
del corazón o problemas hepáticos.
También se han utilizado con algún éxito antidepresivos y
medicamentos anticonvulsivos para reducir la frecuencia y gravedad de los
sofocos.
Conclusión
Como ocurre con todos los síntomas de la menopausia, es
importante recordar que los sofocos son una parte natural del proceso de
envejecimiento y no significan necesariamente que haya un problema más grave.
Para algunas mujeres, seguir unos sencillos pasos para
evitar los desencadenantes, como la cafeína y el alcohol, puede ser útil.
Si los sofocos resultan ser una fuente continua de malestar
y ansiedad, hablar con un médico sobre la terapia de sustitución hormonal, los
antidepresivos o los medicamentos anticonvulsivos puede ayudar a aliviar los
síntomas.
Con el enfoque adecuado, se pueden controlar los sofocos y
mantener los síntomas al mínimo.
Los sofocos pueden ser una parte difícil e incómoda de la transición a la menopausia, pero saber qué esperar y tomar medidas para controlarlos puede hacer que la transición sea algo menos desalentadora.
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